Líbrate de la sal

¿Te beberías un vaso de agua de mar? No parece muy apetecible ¿verdad? Pero quizás si te tomarías un plato de sopa instantánea, lo que a lo mejor no sabes es que esa sopa tiene la misma cantidad de sal que dos tazas de agua de mar.

La sal no es mala en sí misma, ya que es un mineral que necesitamos para vivir, pero la cantidad que necesitamos para mantenernos saludables es muy pequeña en comparación con lo que ingerimos normalmente.

Líbrate de la sal

Los adultos no deben tomar más de 6 gramos de sal al día, pero la mayoría de nosotros ingiere alrededor de 9 gramos de sal o más cada día.

Problemas derivados de una ingesta elevada de sal

Puede aumentar la presión arterial creando hipertensión, una causa importante de los accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardíacas, que representan una de cada tres muertes.

¿Donde se encuentra la sal?

El 80% de la sal que consumimos está oculta en los alimentos procesados. Por ejemplo, 2 rebanadas de pan blanco contienen casi el 15% de la ingesta diaria de sal recomendada, o una loncha de bacon contiene el 20% de la ingesta diaria de sal recomendada. Y la mitad de una sopa instantánea contiene casi el 37% de la ingesta diaria de sal recomendada.

¿Cómo reducir la sal en las comidas?

Reducir la cantidad de sal no es tan difícil. Simplemente hay que hacer pequeños cambios en la manera de comer, y puede suponer una gran diferencia en tu salud. Hay que tener en cuenta que el paladar se va haciendo a lo que le entrenes, y aunque al principio te parezca muy soso, luego te parecerá normal.

Por ejemplo, reduce la sal en las comidas añadiendo pimienta negra u otras especias o hierbas aromáticas. Elige carnes, pescados, frutas y hortalizas frescas, en vez de alimentos procesados siempre que te sea posible. Coge la versión sin sal o reducido en sal de los fiambres, embutidos, panes, etc.

Siempre prueba la comida antes de sazonarla, pues los alimentos ya tienen sal y quizás no sea necesario añadirles más.

Las salsa y los aderezos suelen tener mucha cantidad de sal, así que evítalos o redúcelos considerablemente. También hay que evitar reducir todo lo posible las carnes curadas y procesadas, los pescados y carnes rebozadas y empanadas, las sopas instantáneas, los frutos secos salados, etc.

No tengas la sal a la vista, ya que eso te incitará a utilizarla en cualquier momento. Ni compres alimentos muy salados, como patatas fritas, palomitas, o galletitas saladas.